- Calentar el líquido a clarificar, próximo al punto de ebullición.
- Añadir la albúmina y mezclar.
- Mantener el líquido a temperaturas inferiores a 100ºC, hasta conseguir su total transparencia.
La albumina como clarificante actúa en forma de imán atrayendo todas las impurezas y ayudará una vez colado el caldo, a su clarificación.
La albúmina se disuelve en cualquier líquido como pulpas, caldos desgrasados, aguas aromatizadas, etc.
La dosificación aconsejada es de 100g. de producto por litro de agua o líquido, y unos 25 g. con pulpas de frutas concentradas.
Tiene una capacidad de retención de aire hasta un 60%, y una capacidad coagulante a 57ºC y su posterior solidificación a 70ºC
Intolerantes a la albumina de huevo.