La lavanda es de la misma familia que la menta, y es "pariente lejana" del romero, la salvia y el tomillo. Es buena idea usarla para complementar estas hierbas, pues combina de forma muy agradable, ya sea seca o fresca. También puede usarse junto a hinojo y orégano, con buenos resultados. Un poco de lavanda en un ramo de hierbas para condimentar un pollo o pavo será una excelente adición. Es importante recordar que la lavanda, aunque delicada, posee un sabor amargo se se usa en exceso, por lo que mantén tus recetas con lavanda suaves, para sacar lo mejor de esta flor (y evitar la sensación de "comer perfume"). Algunas florecillas de lavanda pueden incorporarse a la masa de un pan, panquecas, crepes caseros, o pueden mezclarse con azúcar y guardar en un frasco para perfumar el dulce.
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