La leche de almendras se obtiene macerando en agua las almendras secas y peladas y luego triturándolas para extraer todo su jugo.

Se suele mezclar con un almíbar de azúcar blanca o de caña que actúa como agente dispersante y conservante y que le otorga un mayor poder energético.

Esta leche vegetal es un alimento muy energético, rico en proteínas y en HDL (lipoproteínas de alta densidad) que ayudan a disminuir el exceso de colesterol, llamadas “grasas buenas” y triglicéridos en sangre.

Aporta cantidades importantes de vitamina B1, B6 Y E, así como de calcio, fósforo, magnesio y cinc. Puede sustituir a la leche de vaca., con la ventaja de que remineraliza el organismo sin aportar colesterol.

Sin embargo, como suele llevar bastante azúcar añadida, las personas que tienen restringido el consumo de este hidrato de carbono (diabéticos, obesos, etc) deben tomarla con moderación.

Se puede tomar fría o caliente al igual que la leche animal. Combina bien con cereales y mueslis, y con frutas frescas.

Cuando se compra en forma concentrada debe diluirse en agua para obtener leche de almendras.

También se puede tomar directamente sobre el pan o rellenar con ella con crepes.