Jamón con sabor dulce y refinado pero de sabor intenso, con Denominación de Origen Protegida, típico de la provincia de Parma.

El único conservante permitido por la especificación, en cantidades incluso menores que en otros tipos de jamón, es la sal. Aparte de sal y manteca de cerdo no se emplean otros aditivos (nitratos, nitritos o de otro tipo). Sólo se utilizan los jamones de mayor peso (frescos entre 12-13 kg). La salazón va acompañada de un breve periodo de reposo en cámara frigorífica, seguido de la aplicación de la manteca, recuperada del cerdo. Esto asegura un secado lento, de forma que el productor pueda curar el jamón durante mucho tiempo (mínimo 12 meses) añadiendo poca sal. Tras la maduración, el producto deshuesado debe llegar al mercado con un peso de entre 7 y 8 kg, mientras las piezas con hueso pesan entre 9,5 y 10,5 kg.

El Consejo regulador de la D.O.P. prohíbe el ahumado o la congelación.

El jamón finalmente se marca con la corona y el sello correspondiente.