Es una de las frutas exóticas más cotizadas y apreciadas por su exquisito sabor y consistencia. Pertenece a las Gutíferas, familia de árboles tropicales de Asia y América, muchos de los cuales exudan gomas y resinas. También se lo denomina: mangostino, mangostín y mangosto.
Es un fruto nativo del sudeste de Asia, de Thailandia, donde lo consideran un auténtico manjar. Son países productores China, Sri Lanka, Thailandia, Borneo, Filipinas, Guinea, Brasil, Malasia, Madagascar y otros países americanos y asiáticos. En la actualidad la demanda de esta fruta en Europa se ha incrementado, llegando a considerarse como uno de los cultivos más importantes por su alto consumo. No se han identificado variedades pero si se han hecho distinciones en función del tamaño del fruto, grado de acidez y sabor. Los amarillos son más fáciles de cultivar que los morados, sin embargo, los amarillos tienden a ser más amargos. Existen más de 200 especies distintas de mangostán con una diferencia de peso considerable, ya que hay frutos que pueden alcanzar hasta los 1.000 gramos. Madura todo el año, por lo que podemos disfrutar del mangostán en cualquier época.
Aunque acompaña muy bien a las ensaladas y los sorbetes, el mangostán se consume sobre todo al natural. Para comerlo fresco, se debe cortar la piel por la mitad y quitarla como si se estuviese pelando un huevo duro. Una buena opción es servir la pulpa muy fría con helado o nata.
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