Originalmente de Grecia aunque también se popularizó en Turquía y Bulgaria. Se hace principalmente con leche de oveja aunque también se puede encontrar o combinar con leche de cabra. Hoy en día también lo elaboran con leche de vaca. El queso feta, se obtiene cuando ha cuajado la leche, esta se drena, y se almacena en salmuera o en el propio suero de la leche, se añeja de dos a cuatro semanas. Es saludable ya que es muy bajo en grasa, de consistencia blanda y compacta, su sabor es suave, neutro y un poco ácido, presenta pequeñas grietas y agujeros. Hay que tener en cuenta las medidas higiénicas con las que se ha elaborado, ya que si la pasteurización de la leche se ha hecho de manera irregular, esta creará bacterias nocivas para nuestro organismo. Es un queso natural que no utiliza conservantes en su elaboración. Los verdaderos quesos feta, determinan en su etiquetado la zona específica donde se han elaborado, así como toda la información sobre la leche utilizada (nunca de vaca) y la bandera griega. En el 2002 consiguió por fin la Denominación de Origen. Es ideal para ensaladas aunque también se puede consumir solo, en salsas, tartas, aperitivos.... Si resulta salado, se puede sumergir en leche antes de utilizarlo.
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