Las lentejas rojas tienen un tamaño similar a la lenteja pardina, aunque su fuerte color anaranjado la diferencia a simple vista de la castellana. Las lentejas rojas están desprovistas de la piel u hollejo que las protege, lo que las convierte en un alimento ideal para todas aquellas personas que tienen problemas digestivos con las legumbres. Para su uso, las lentejas rojas no necesitan de remojo en agua previo, basta con lavarlas en agua fría y ponerlas a cocer de diez a quince minutos, menos tiempo que las lentejas “normales”, aunque su llamativo color anaranjado, después de la cocción, se volverá amarillo pajizo y la lenteja casi acabará deshecha. Por eso, esta variedad es ideal para prepararla en cremas, purés o sopas.
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