Producto resultante de tostar azúcar y añadir agua, con la adicción de unas gotas de algún ácido suave, generalmente zumo de limón, para que el azúcar tostado no se solidifique.
En la fabricación industrial de caramelo se suelen usar como materias primas glucosa y agua, que se combinan en las proporciones adecuadas para generar un jarabe (almíbar) que posteriormente se cuece a altas temperaturas. Una evaporación rápida produce la eliminación del agua presente en el jarabe cocido. La textura final depende de la temperatura a la que se hierve el almíbar, así como de la presencia de ácidos durante la cocción que dan como resultado un producto menos viscoso.