Es un cereal que se cultiva originariamente en el que es uno de los países más pobres del mundo, Etiopía, donde es una de las bases de su alimentación por su altísimo contenido en nutrientes. Tiene forma de pequeñas semillas de un tamaño ligeramente superior a las de amapola, es muy rico en calcio, en hierro, fibra y proteína pero no contiene gluten. El teff es el cereal más pequeño del mundo. Las dimensiones de sus granos son inferiores al milímetro, y su propio nombre significa “perdido”, precisamente por la facilidad con la que se pierde durante su elaboración.
Su sabor es muy parecido al de la nuez, delicado pero intenso. El teff se puede consumir tanto en grano (crudo, cocido o germinado) como en harina. La harina obtenida es especialmente nutritiva porque, al tener una semilla tan pequeña, se muele entera sin que se desperdicie nada. Existen varios tipos de teff: los más comunes son el blanco y el rojo. El primero es más delicado tanto en el sabor como en la consistencia, mientras que el segundo tiene un sabor más intenso.

El teff es la base de la alimentación etíope. Con él se elabora la injera, un tipo de pan similar a la pita pero más esponjoso que se utiliza incluso como plato o como cubiertos (muchos platos de este país se comen con las manos, utilizando el pan para recoger los alimentos en vez de los dedos) a diario.
50 gramos de teff tienen el mismo aporte proteico que un huevo cocido, sin afectar lo más mínimo al nivel de colesterol en la sangre. Además, su bajo índice glucémico hace que esté especialmente indicado para las personas diabéticas y, en general, para las que tengan que controlar los niveles de glucosa en la sangre.