El ajo ahumado de Arleux parte de la variedad de ajos blancos o rosas, aunque evidentemente su aspecto exterior tras el proceso de ahumado lo oculta, la piel adquiere un tono dorado u ocre. Suele comercializarse en trenzas de distintos tamaños, es decir, con distinto número de cabezas de ajo. Estas trenzas son las que tras la cosecha, que puede iniciarse a partir de mediados de julio, el proceso de secado al sol durante unos ocho días, son transportadas a los ahumaderos. Allí se cuelgan para realizar el proceso de ahumado de los ajos, con paja, virutas de madera y turba, dura entre ocho y diez días, se mantienen a unos 37-38º C, con ello se consigue perpetuar el secado del ajo y que el humo impregne las cabezas de ajo transmitiéndoles el aroma y sabor. Aseguran que así los ajos se conservan bien durante un año. Es grande la versatilidad de este alimento, y muchas las aplicaciones que se le pueden dar, desde utilizarlo para frotar una rebanada de pan tostado, a la elaboración de un ali-oli tradicional, unas sopas de ajo, un ajo blanco, conejo al ajillo…
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