Proceso:
- En una cazuela pondremos a calentar el azúcar con el líquido que hayamos elegido, para que tome temperatura y se diluya mejor el azúcar.
- Cuando veamos que esta mezcla está lista, la pondremos sobre una placa de horno y la meteremos a este mismo, aportandole un calor seco con temperatura no muy alta.
- De vez en cuando, moveremos el azúcar con la cuchara, para separarlo y que no se apelmace.
- Cuando todo el líquido se haya evaporado y el azúcar este seco, ya podremos sacar la placa del horno y guardar nuestro azúcar en un recipiente.
- El azúcar tiene una formidable capacidad para atrapar la humedad y los olores, esta propiedad permite elaborar todo tipo azúcares aromatizados, a partir de productos aromáticos.
- Hoy día se comercializan muchos aromas en forma líquida, estos aromas líquidos son soluciones de alcohol-agua-aceite esencial, generalmente transparentes. Para la absorción del aroma en el azúcar, se mezcla el producto aromático líquido con el azúcar, poco a poco hasta que todo el líquido se haya absorbido. Después se extiende el azúcar en una bandeja, para aumentar la superficie y finalmente se deja secar tapado por una gasa en el frigorífico (3-4º C). De esta forma, el producto aromático disuelve parcialmente el azúcar, que recristaliza en frio, dejando el líquido aromático atrapado en su interior. Es recomendable machacar en un mortero, el azúcar así obtenido puesto que los cristales crecen y se aglutinan al secarse en la nevera .
- Para obtener este producto, pondremos las cantidades exactas, sin pasarnos de líquido, ya que es muy poca la proporción que se necesita.
- Secado en la nevera, no es recomendable hacerlo a temperatura ambiente y que se perdería intensidad en el aroma.
-La conservación del azúcar aromatizado debe realizarse en un tarro que pueda cerrarse capturando así su aroma y aislándolo de la humedad.