La trufa es un hongo muy ligero y con abundantes minerales y vitaminas, con unas propiedades alimentarias similares al resto de las setas. Una piel fina y verrugosa que al descubrirla da paso a una carne muy dura, grisácea tornándose en negra, surcada de venas blancas y muy ramificadas. La trufa en su punto óptimo de maduración desprende un olor fuerte y penetrante, variable según el estado de maduración. Consideremos que la trufa negra se trata de un alimento complementario que ayuda a incrementar los olores y sabores de las comidas. Como se trata de un hongo con un sabor y un olor muy fuerte, debe ser comido en muy pequeñas cantidades para no resultar demasiado pesado y empalagoso. Las trufas deben como un condimento, como una especia, más que como un alimento. Una pequeña cantidad de trufa, añadida a cualquier plato, le proporciona un toque aromático y un sabor especial. La trufa negra fresca posibilita de mejor manera el trufado en un producto graso: aceites ,mantequillas, natas..
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