Es probablemente el pescado blanco de mayor consumo en Europa, donde principalmente se consume desecado o salado. Su cuerpo es robusto, de entre 50-80 cm de longitud, alargado, bastante similar al abadejo, otra especie de su misma familia. El color varía en función del hábitat; el dorso puede ser pardo amarillento, verdoso, grisáceo o rojizo, siendo el vientre de color blanco. Los ejemplares jóvenes suelen presentar unas manchas más o menos oscuras sobre el dorso y los laterales, así como un entramado en forma de red de color pardo o rojizo. El bacalao pertenece a la familia Gádidos, orden Gadiformes. El bacalao de aguas profundas compone la familia de los Móridos. El nombre científico del bacalao común es Gadus morhua, el del bacalao del Pacífico Gadus macrocephalus. es un pescado que admite múltiples preparaciones culinarias retirándose fácilmente sus espinas. Por su bajo contenido graso, resulta de digestión fácil y de bajo valor calórico, por lo que está especialmente indicado en regímenes con poca grasa y regímenes de adelgazamiento. En salazón, no es recomendable su consumo por parte de personas que padecen problemas de tensión, cardiovasculares o con tendencia a retener líquidos, a pesar de que con el remojo se retire la mayor parte del sodio. El bacalao es apreciado por su carne y por el aceite de su hígado. El aceite de hígado de bacalao es extremadamente rico en ácidos grasos Omega-3 así como en vitamina A y vitamina D.[2] De hecho, estas propiedades fueron muy explotadas durante años, suministrándose el aceite crudo a los niños como complemento alimenticio para la fijación del calcio en los huesos.
Este producto no contiene elementos transformadores que formen parte de ningún condimento. Colabora con Innova Culinaria asociando condimentos a este producto