Los colorantes alimentarios son un tipo de aditivos alimentarios que proporcionan color a los alimentos (en su mayoría bebidas), si están presentes en los alimentos se consideran naturales y si por el contrario se añaden a los alimentos durante su pre-procesado mediante la intervención humana se denominan artificiales. Suelen causar su efecto colorante en los alimentos ya en pequeñas cantidades (apenas concentraciones de centenas de ppm). En la actualidad la industria alimentaria emplea los colorantes alimentarios con el objeto de modificar las preferencias del consumidor. El color es uno de los principales atributos para la preferencia de un alimento. La producción comercial de colorantes alimentarios naturales va en aumento, en parte debido a la preocupación de los consumidores respecto a los colorantes artificiales. Algunos ejemplos según su peligrosidad son: Inofensivos: Licopeno (E160d), es un colorante rojo. Betanina (E162), colorante de color rojo-morado extraído de la remolacha. Oleoresina de pimentón (E160c) es de color rojo oscuro. Bixina (E160b), un tinte rojo anaranjado obtenido de la semilla de achiote. Curcumina (E100) es de color amarillo anaranjado. Clorofila (E140), es de color verde, extraído de plantas y algas. Precaución: Caramelo (E150), es de color marrón oscuro. Elaborado con azúcar caramelizada, usado en productos de cola y también en cosméticos. Evitar: Ácido carmínico (E120), es un colorante natural de color rojo obtenido del insecto Dactylopius coccus. Tartrazina (E102, es un colorante sintético de color rojo oscuro. Amarillo crepúsculo (E110, es un colorante sintético de color amarillo anaranjado. Sustancias no consideradas aditivos alimentarios, a pesar de dar color, por no tener asociado ningún número: Azafrán.
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