El pato se usa en muchos platos de todo el mundo. En la mayoría se asa durante al menos parte del proceso de cocción para hacer que la piel quede crujiente.
La carne procede principalmente de la pechuga y las piernas (siendo estas más oscuras y algo más grasientas que la de la pechuga) Al ser aves acuáticas, los patos tienen una capa de grasa subcutánea aislante entre la piel y la carne.
El magret alude específicamente a la pechuga de un ánade real o pato criollo que ha sido alimentado forzosamente para producir foie-gras.
Los órganos internos, como el corazón y los riñones, también pueden consumirse. En particular, en hígado se usa a menudo como sustituto del de ganso para elaborar foie-gras. Los huevos de pato también se emplean en diversas recetas típicas, al igual que la grasa y la sangre.
Tanto las pechugas como los magret del pato se pueden elaborar asados, a la parrilla, al horno, a la plancha o fritos, teniendo en cuenta que el centro de la pieza debe quedar poco hecho para que conserve su jugosidad.
Los acompañamientos de estos platos son variados, resultando uno de los más conocidos en la Región de Murcia el pato a la naranja, aunque también se realizan elaboraciones con setas, champiñones y ajo o con sofrito de cebolla.
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